PARÁSITOS INTESTINALES
¿Qué es un parásito?
Un parásito es un microorganismo o animal pequeño que vive dentro de o sobre otro organismo y se nutre de él. Un parásito no puede vivir por sí solo. Los parásitos incluyen a las pulgas, los piojos y los gusanos. Las enfermedades parasitarias incluyen infecciones por protozoos (organismos unicelulares como los agentes causales de la malaria), helmintos (gusanos) y artrópodos (como el responsable de la sarna).
¿Qué es un parásito intestinal?
Como su nombre lo indica, los parásitos intestinales viven en los intestinos. Los parásitos intestinales son generalmente protozoos (como Giardia) o gusanos (como oxiúridos o tenias) que ingresan al cuerpo de su niño y usan el intestino como refugio. El parásito vive en el intestino u otras partes del cuerpo y suele reproducirse, pudiendo causar síntomas o infección.
Los parásitos son muy comunes en todo el mundo; las infecciones parasitarias se transmiten en lugares concurridos como las guarderías. Asimismo, los niños de los países en desarrollo generalmente portan algún tipo de parásito. Las condiciones sanitarias deficientes y la mala calidad del agua aumentan el riesgo de contraer parásitos.
Dos de los parásitos intestinales más frecuentes son Giardia y Oxiurus. Otros parásitos suelen afectar a niños nacidos fuera de Canadá o que han vivido en países en desarrollo donde las condiciones sanitarias e higiénicas son deficientes. Éstos incluyen Ascaris, amebas y tenias.
Giardiasis (Giardia)
La giardiasis es una enfermedad transmitida por el agua. Su niño puede contraer la infección al beber agua de una fuente contaminada. Los niños son más proclives a desarrollar giardiasis en regiones en que las instalaciones sanitarias y de agua potable son inadecuadas o en lugares donde hay muchas personas en contacto estrecho, como las guarderías.
La giardiasis también recibe el nombre de fiebre del castor porque se puede contraer al beber agua de lagos que no ha sido tratada.
Signos y síntomas de la giardiasis
Si bien algunos niños nunca desarrollan signos ni síntomas, pueden ser portadores del parásito y diseminarlo a través de sus heces. En el caso de los niños que se enferman, los síntomas pueden incluir:
diarrea acuosa;
heces blandas y de apariencia aceitosa;
cansancio;
retorcijones estomacales;
hinchazón;
náuseas;
notable pérdida de peso.
La giardiasis no se caracteriza por la presencia de sangre y mucosidad en las heces. Los síntomas generalmente se presentan alrededor de las dos semanas después de la infección. Con el tratamiento, los síntomas pueden mejorar en seis semanas. La mayoría de los niños nunca necesita tratamiento.
Oxiuriasis (Oxiurus)
Los oxiúridos son gusanos pequeños y blancos con aspecto de hebra que viven en el recto. Durante la noche, el gusano sale del ano y deposita sus huevos en la piel circundante. Esto produce una gran picazón. Los oxiúridos pueden generar incomodidad, pero no causan enfermedad.
Los huevos de Oxiurus son muy persistentes. Pueden permanecer hasta 2 semanas fuera del cuerpo, sobre la vestimenta, la ropa de cama u otros objetos.
Signos y síntomas de la oxiuriasis
En general, los niños que tienen oxiúridos no suelen presentar síntomas. Pueden padecer una gran picazón alrededor del ano, especialmente de noche. Es posible que no logren conciliar el sueño. También pueden estar malhumorados debido a la irritación.
Es probable que usted vea al gusano adulto alrededor del ano de su niño, en su ropa interior o en sus pañales, o en el inodoro después de ir al baño.
Causas de la oxiuriasis
Los oxiúridos pueden transmitirse fácilmente entre los niños. Cuando un niño se rasca en un área infectada, puede llevar los huevos a sus dedos o a la parte inferior de sus uñas. La transmisión de la infección ocurre cuando el niño infectado pasa los huevos a otro niño, y éste los traga sin saberlo.
Los oxiúridos también pueden transmitirse en forma indirecta. Los huevos de una persona infectada pueden adherirse a juguetes, asientos de inodoro, vestimentas o ropa de cama. Un niño puede contraer una infección al tocar los huevos y llevarlos a su boca. Los niños son más propensos a contraer oxiúridos en climas más templados y en guarderías.
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